¿Qué es un producto biocida?
"Sustancias o preparados dirigidos a destruir, repeler o contrarrestar los efectos negativos de los organismos nocivos (como hongos, algas, bacterias, virus, insectos, etc.), a impedir su acción o a combatirlos mediante una acción química o biológica" (definición de ANSES).
¿En qué consiste el Reglamento sobre biocidas?
El principal objetivo del reglamento europeo sobre biocidas es mejorar la libre circulación de estos productos al tiempo que se garantiza un alto nivel de protección de la salud humana, animal y medioambiental. Marca la voluntad de la Unión Europea de legislar en materia de calidad y eficacia de estos biocidas, evitando así el uso incontrolado de productos nocivos para la salud y el medio ambiente. Se aplica a los desinfectantes (cloro, bromo, etc.), a los productos de protección y control de plagas, así como a los procesos de generación in situ de productos biocidas, como la electrólisis.
Este Reglamento 528/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo define las normas para la aprobación de sustancias activas biocidas, su disponibilidad y su uso. En Europa, la evaluación de la eficacia y los riesgos de cada sustancia química es labor de la ECHA (Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas), una agencia perteneciente a la Unión Europea. Una vez que esta agencia aprueba los componentes del producto, el fabricante dispone de un plazo de dos años para validarlo y obtener la autorización de comercialización en uno o más países europeos.
En el caso concreto de Francia, estas autorizaciones de comercialización las expide la ANSES (Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional). Encuentre la lista de sustancias autorizadas en Europa disponible en la web de la ECHA, así como en las páginas de cada agencia nacional.
Productos biocidas para piscinas
La normativa contempla todos los productos de desinfección de piscinas (cloro, bromo, oxígeno activo, etc.), así como los productos antialgas y de invernaje.
El Reglamento sobre biocidas se vio reforzado por la Ley EGAlim del 30 de octubre de 2018 (en francés) que prohíbe la publicidad de estos productos al público en general, su venta en condiciones de autoservicio y ciertas prácticas comerciales (descuentos, rebajas y reducciones). El objetivo de este refuerzo es reducir la exposición de las personas y el medio ambiente a estas sustancias biocidas, preservar su eficacia, evitar el desarrollo de resistencias limitando los usos innecesarios y sensibilizar tanto a los consumidores como a los profesionales.
La dosis correcta, en el momento oportuno, para la necesidad exacta
Este reglamento obliga a operar las piscinas de un modo más escrupuloso con la intención de reducir el consumo de biocidas y los vertidos del agua ya tratada. Además, incluye el análisis periódico de los principales parámetros del agua (temperatura, TAC, TH, pH, nivel de desinfectante, etc.) para prevenir la aparición de problemas (caliza, algas, paredes resbaladizas, temperatura excesiva, etc.) e identificar la necesidad de tratamiento (lavado de medios filtrantes, adición de desinfectantes, rectificación del pH, etc.).
En la actualidad, disponemos de soluciones que facilitan y simplifican este trabajo: filtros de cartucho de gran capacidad, bombas de velocidad variable, cloradores salinos, limpiafondos robóticos, bombas de calor reversibles (especialmente hoy en día con la mayor incidencia de las olas de calor) y, ante todo, la automatización.
Gracias a la automatización de las tareas de análisis y corrección, ya no se producen omisiones ni limitaciones. La automatización supervisa la aparición de problemas las 24 horas del día y los corrige activando la medida correcta, en el momento oportuno, con la dosis exacta, logrando un funcionamiento más minucioso de las piscinas.
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